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Torre de Quijas |
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El origen de la casona
montañesa se remonta a la Baja Edad Media, con la
aparición de las torres, tan
características del Arte y
Arquitectura Medieval en Cantabria, símbolos
del poder señorial. Entre ellas, en número de cincuenta
repartidas por toda Cantabria, hay diferentes tipos, unas
con un carácter más defensivo (muros gruesos, escasos
vanos...) como la torre de
Quijas, y otro grupo denominado casa-torre,
más abierta al exterior y con tendencia a la
horizontalidad, patente en las torres
de Merino y Don Borja en
Santillana
del Mar. A fines del siglo XV las torres
señoriales deben transformarse, por decisión regia, en
casas sin función militar, es decir, en palacios. Es el
momento de la aparición de la casa-palacio,
organizada en torno a un plan rectangular con alzado de
dos o tres alturas y cubierta a dos aguas, empleando la
piedra de sillería en la fachada principal y los escudos
heráldicos. Un magnífico ejemplo lo constituye la casa
de Dña. Leonor de la Vega
en Santillana. No obstante, este cambio es lento.
Todavía en bastantes edificios se palpa la dificultad de
abandonar la tipología de "torre" y aparecen
elementos que recuerdan lo militar.
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