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Se trata de
una cavidad de corto desarrollo, conocida desde hace
algunos años por la presencia en ella de materiales del
Paleolítico Superior. En 1995 se localizaron algunas
evidencias de decoración parietal y al año siguiente,
un equipo del Dpto. de Ciencias Históricas de la Universidad
de Cantabria integrado por C. González Sainz, R.
Cacho Toca, E. Muñoz Fernández y R. Montes Barquín
comenzó las labores de documentación del arte parietal,
y el estudio de los materiales recogidos en superficie. Durante la primera campaña se procedió a
realizar el inventario de representaciones, entre las que
se encuentran una línea formada a base de puntos rojos,
un posible cuadrangular y restos de una figura que
podría representar un cuadrúpedo, realizado en trazo
lineal rojo de contorno. La mala conservación del
conjunto dificulta la identificación de las figuras, por
lo que este inventario inicial podría sufrir
modificaciones cuando se haga el estudio definitivo.
Merece la pena llamar la atención sobre la presencia de
un panel de unos 2 metros de ancho por 1 de alto, donde
se mezclan multitud de líneas grabadas en trazo simple
único, simple repetido y estriados que, muy
probablemente, podrían pertenecer a varias figuras de
animales.
Estos datos preliminares obtenidos
durante la primera campaña se completarán durante la
segunda, que se realizará en 1997 y que consistirá, en
líneas generales, en la documentación y análisis
detallados de cada figuración, centrándose
especialmente en la identificación de posibles figuras
animales en el panel de los grabados.
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