El puente de Liérganes, también llamado Puente Romano, tiene como característica
esencial que no es romano. Procede de 1587 y fue diseñado por Bartolomé de la Hermosa.
La construcción del puente dio lugar a un largo pleito entre Liérganes y un pueblo
vecino, Rucandio, dirimido ante la Real Chancillería de Valladolid, ya que Rucandio se
negaba a pagar alegando que cada lugar debía hacerse cargo de sus propias obras. Al final
Rucandio fue obligado a pagar parte de la obra del puente ya que, como alegaba Liérganes,
eran los vecinos de Rucandio los más interesados en ella, porque eran los que más la
utilizaban y había sido costumbre inmemorial pagarlo así. La situación se resolvió
no
sin cierto encono entre las partes que llego a hacer encarcelar a varios vecinos de
Rucandio; todavía en 1612 el pleito por los pagos seguía en marcha, pese a que la obra
ya había terminado. |
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Junto al puente existe un bonito molino construido en 1667, aún
en funcionamiento a finales del siglo XIX, de planta rectangular y arcos de
medio punto para la entrada y salida de aguas.
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