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Marcelino Sanz de Sutuola |
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Altamira ha
sido denominada por algunos investigadores "La
Capilla Sixtina del Arte Cuaternario". Se trata
de la primera cueva en la que se encontraron decoraciones
rupestres paleolíticas. La cueva fue localizada de
manera fortuita en 1868, por Modesto Cubillas, aparcero
de D. Marcelino Sanz de Sautuola, a quien comunicó el
hallazgo. Durante el transcurso de una exploración
realizada por Sautuola en 1879, la hija del famoso
estudioso, vio por primera vez los bisontes representados
en la Sala de los Polícromos. Al año siguiente Sautuola
publicó los "Breves apuntes sobre algunos
objetos prehistóricos de la provincia de Santander",
donde exponía los argumentos para demostrar que se
encontraba ante pinturas prehistóricas. Esto originó
una fuerte polémica, ya que la mayoría de los
investigadores rechazaba la propuesta de Sautuola y no
fue hasta 1902 cuando por fin se reconocio la cronología
prehistórica de las pinturas de Altamira. La cueva de Altamira se encuentra a 30
kilómetros al Oeste de Santander, en el municipio de
Santillana del Mar. Junto al vestíbulo de la cueva, muy
cerca de la entrada se abre la sala de los polícromos, donde encontramos uno de los paneles más
bellos del arte pleistocénico. En el techo de esta sala
se concentran, en aparente desorden, figuras de animales
ejecutadas en diferentes épocas, y en las que se han
empleado múltiples técnicas. Las primeras figuras
representadas en este techo parecen ser las pinturas
rojas, sobre las cuales se fueron añadiendo
posteriormente varias pinturas negras, los polícromos y,
por último, algunas figuras negras. El animal más
representado en este techo, el bisonte,[TECHO3]
aparece rodeado de otras figuras como la cierva y
el caballo . Además aparecen también figuras de
antropomorfos y signos.
El resto de la cueva está formada por
otras nueve galerías o salas. En las galerías centrales
de Altamira se han documentado bisontes pintados en negro
o grabados, cabras , uros, caballos, ciervos ciervas ...
Además de las figuras animales merecen especial mención
los signos rectangulares, cónicos, los claviformes,
escaleriformes, manos en negativo y "macarroni", estos últimos consistentes en series de
líneas paralelas realizadas por los artistas
paleolíticos pasando sus manos por una pared arcillosa,
y se trata posiblemente la decoración más antigua de la
cueva de Altamira.
La galería terminal es conocida como
la "Cola de Caballo". Se trata de un corredor
muy estrecho de 50 metros de longitud, en cuyas paredes
se descubre todo un catálogo de signos,
distintos trazos negros y animales grabados o pintados en
negro como caballos, cabras, ciervos, bisontes y
máscaras, similares a las que aparecen en las cuevas del
Castillo y La Garma.
Gracias a que la entrada de la cueva
fue obstruida por un derrumbe al final del Paleolítico
Superior, se han podido conservar las evidencias
parietales y el yacimiento de la cueva de Altamira. En
los últimos años se han realizado estudios de la
cronología de algunas pinturas aplicando los sistemas
más modernos de datación directa de pigmentos mediante técnicas de 14C-AMS. Las primeras dataciones fueron realizadas en
1991, obteniéndose de tres de las figuras polícromas
tres fechas escalonadas entre 14.330 ± 190 y 13.570 ±
190 BP. Estas fechas confirmaban la cronología
magdaleniense atribuida tradicionalmente a estas
pinturas, pero son incompatibles con la idea de que estas
figuras pudieran haber sido hechas en un mismo momento.
Por otra parte estas fechas plantean algunos problemas
metodológicos, ya que las dataciones obtenidas sobre la
fracción húmica no son compatibles. En 1996 se han
podido realizar nuevas
mediciones de las muestras
tomadas 5 años antes, dentro del proyecto
"Documentación del arte rupestre en el sector
central de la costa cantábrica. Una evaluación de
técnicas de trabajo" dirigido por A. Moure
Romanillo, C. González Sainz, V. Cabrera Valdés y F.
Bernaldo de Quirós. Esta vez las fechas obtenidas han
sido: 13.130 ± 120, 14.800 ± 150 y 14.820 ± 130.
También, dentro de este proyecto, se
han realizado dataciones de las pinturas negras de las
galerías interiores, obteniéndose una fecha de 14650 ±
140 en un trazo
negro infrapuesto a una
cierva grabada con bandas de estriado, y de 15.050 ± 180
en una cierva de trazo negro. Por su parte, la muestra
recogida de uno de los signos cuadriláteros
de la Cola de Caballo ha dado una fecha de 15.440 ± 200
BP.
En este estudio se ha llegado a la
conclusión de que una gran parte del conjunto de
representaciones fue realizado entre el 14.800 y el
14.400 B.P. en pleno magdaleniense, pero en la caverna se
localizan representaciones parietales anteriores y
posteriores a esta fecha. Se puede decir que la cueva fue
decorada desde el Solutrense hasta el Magdaleniense
final, fecha en la que se produjo el derrumbe que selló
la entrada de Altamira.
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Breves apuntes sobre algunos
objetos prehistóricos de la provincia de
Santander |
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