El barrio del Calgar, aunque esté desprovisto de "casonas", excepto la casa de la Encina, es sin embargo el que quizá conserva más sabor de Liérganes. Refiere en 1797 el Deán Martínez Maza, natural de este barrio, que el nombre de Calgar puede tener su origen de 'calizar', porque es el único o más abundante de piedra caliza, utilizada para ayudar a derretir y purificar el hierro de las fábricas de artillería. Además de sus preciosos rincones, llama la atención su molino (hoy casi oculto por la carretera y la vegetación) y su presa, que datan de 1798, llamada del Regolgo porque así se llama el lugar donde se ubica. Se trata de un tipo de presa de arco con contrafuertes, cuyo modo de construir se describe minuciosamente en un libro publicado en 1736 titulado "Maquinas hydraulicas de molinos, y herrerias y govierno de los arboles y montes de Vizcaya" por Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz. |