Construida en 1872 es una casa insólita en Cantabria por su estilo neopalladiano, aunque frecuente en la Europa y América del siglo XIX. De planta rectangular con un salón circular sobre el que se alza una cúpula chapada que le cubre, fue mandada construir por un indiano apellidado Llama, probablemente a partir de unos planos hechos en América. Otro elemento que llama la atención es el empleo de grandes columnas de hierro colado en un pórtico de orden toscano apoyado sobre un alto basamento al que se accede por unas escaleras laterales, también de hierro, hierro procedente de la siderurgia santanderina y que nada tiene que ver con la Fábrica de Cañones, desaparecida antes de la construcción del edificio.
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