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Casas del Águila y
de la Parra |
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El desarrollo histórico de
Santillana puede observarse actualmente en su urbanismo,
reflejo de la sucesión de distintos centros de poder y
diferentes estilos artísticos. Se conserva el trazado
urbano medieval, en el que existía una sola una vía
principal: la Rúa o calle del Rey, que se extendía
desde la colegiata hasta las afueras, en el sur. En la
actualidad esta vía se encuentra dividida en varios
tramos: calle del Río, del Cantón, de la Carrera y de
Santo Domingo. También en la Edad Media se añadió a
este eje principal un nuevo ramal, la actual calle de
Juan de Infante, que dio a la estructura urbana de
Santillana la forma de Y, y que se continúa hasta lo que
era y es el centro urbano: la plaza de Ramón Pelayo, la
antigua plaza del Mercado. Existe también desde el
medievo otro centro importante: la plaza situada delante
de la colegiata. Ya en el siglo XVII el Campo del Revolgo
pasó a formar parte del tejido urbano, levantándose
allí importantes edificios religiosos y numerosas
casonas. Santillana posee, por tanto, dos plazas y dos
calles principales, que conservan el suelo empedrado, a
las que se abren las fachadas de las casas populares y de
sus casonas. Entre mediados del siglo XVIII y
principios del XIX Santillana perdió definitivamente su
poder como centro administrativo y religioso. Pese a los
intentos de los canónigos de convertir a la colegiata en
un nuevo obispado, separado del de Burgos, construyendo
para ello nuevas dependencias como el camarín, el coro y
la sacristía, la Catedral se instaló definitivamente en
la colegial de Santander.
Santillana tampoco pudo vencer a Torrelavega en su
intento por convertirse en cabeza del partido judicial.
En el siglo XIX Santillana fue declarada conjunto
histórico artístico nacional y actualmente se ha
convertido en uno de los centros de interés cultural y
turístico más importantes de Cantabria.
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