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En 1902 el abate Breuil,
importante investigador de arte paleolítico, comienza
los estudios en la cueva de Altamira. Con el tiempo se va
formando un equipo con nombres como Obermaier, Alcalde
del Río, Lorenzo Sierra,... bajo el mecenazgo del
Príncipe de Mónaco, convirtiéndose así en la
avanzadilla de la investigación del arte parietal
paleolítico mundial. La historia de los
descubrimientos se puede repartir en varias épocas. Muy
fructífero fue el trabajo realizado desde 1902 hasta que
estalló la Primera Guerra Mundial, período en que se
estudian, entre otras, las cuevas de Altamira, El Castillo, La Pasiega, Hornos de la Peña, Covalanas, La Haza, etc. Tras un
período crítico para la investigación, a mediados de
los años 50 se retoma el trabajo de los primeros
investigadores. De nuevo, a finales de los 70, con la
creación del área de Prehistoria del departamento de
Ciencias Históricas de la Universidad
de Cantabria se recupera la intensidad
de los trabajos iniciales, con nuevos estudios sobre
algunas de las cuevas descubiertas a principios de siglo,
y con el estudio de nuevas localizaciones. Actualmente,
investigadores de la Universidad de Cantabria realizan
estudios de arte rupestre en los conjuntos de Arco, Pondra, La Llosa, La Pasiega y La Garma.
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