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Iglesia de la
Compañía |
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Santander se transforma, a
mediados del siglo XVI, en villa renacentista. En la
Puebla Nueva se configuró una plaza, la del Cantón,
donde se asentaron tres edificios de relevancia: el
Ayuntamiento, la casa de Riva-Herrera y el Colegio de
Jesuitas, de los que sólo se conserva la iglesia de la Compañía de Jesús. En
el Santander renacentista tuvo especial relevancia la
familia Riva-Herrera, este linaje procede de Gajano,
donde aún se conserva su torre. Eran quienes controlaban
el puerto. Don Fernando de Riva-Herrera fue capitán de
las flotas que partían de Santander, cargadas de lana
para Flandes. Ocupaba el cargo de Proveedor General de
las Armadas del Océano. Tenían una casa-fuerte en Pronillo, que a
mediados del XVI se transforma en palacio. A esta familia
se debe también la capilla del
mismo nombre, situada en la Catedral, en la nave del
Evangelio.
De este momento son el desaparecido Convento de San
Francisco y el Convento de Santa
Cruz (actual Tabacalera). En 1835 se expulsó a la
comunidad de Clarisas Descalzas y está ocupado por la
Fábrica de Tabacalera desde 1838.
Al periodo barroco pertenecen la iglesia de Consolación y el Hospital de San Rafael (actual
sede de la Asamblea Regional) fundado a finales del
XVIII. En el edificio aparecen ya preocupaciones
derivadas de las teorías higienistas de la ilustración,
como la buena ventilación, el alejamiento del centro de
la ciudad...
Antes de adentrarnos en el siglo XIX, es necesario
hablar del Ensanche de Santander.
La reapertura del Camino de Reinosa, con el consiguiente
aumento del tráfico portuario que esto conlleva, hace
necesario ampliar el puerto y acondicionarlo a la nueva
situación. Esto cambiará la ciudad. La mejora y
ampliación del muelle y una serie de rellenos abre el
espacio para una nueva población urbanizada con
criterios lineales.
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